Durante más de 700 años, los musulmanes estuvieron en la península Ibérica, llegando a gobernar durante algún periodo la mayor parte de los territorios que hoy forman España y Portugal.
A pesar de que muchos habitantes de dichos países lo desconocen, la huella de la presencia musulmana es evidente en campos tan diversos como el lenguaje, la comida, las costumbres, la toponimia, la música, etc.
Sin duda, uno de los máximos exponentes de esa herencia es la Alhambra, un conjunto de palacios, jardines y fortaleza que, desde lo alto de una colina, domina la ciudad andaluza de Granada.
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