Vendedor de paraguas

En días lluviosos los vendedores de paraguas salen a las calles de São Paulo, Brasil.

Karst de Larra

En el extremo occidental de la cadena montañosa de los Pirineos, frontera natural entre Francia y España, se encuentra el macizo de Larra, una enorme mole de piedra caliza que debido a su composición, a la climatología y al paso del tiempo, alberga en su interior un sinfín de cavernas, con multitud de salas de diferentes tamaños y kilómetros de galerías. Es como un gigantesco queso "gruyere", sólo que de piedra.

La superficie del macizo, a más de 2000 metros de altura, es un sinuoso laberinto de roca atravesado por afiladas grietas. Ese tipo de paisaje se denomina "karst".
Existen senderos que discurren por el karst de Larra. Caminar por ellos es una experiencia única en la que la grandiosidad del paisaje, la sensación de soledad y el pesado silencio reinante, sólo quebrado por las pisadas que remueven las piedras, te hacen sentir en un planeta lejano y extraño.

Galette

Una buena opción para comer en la región francesa de Bretaña son las "Galettes", una masa fina con forma similar a la de un sobre y rellena con diversos ingredientes, dulces o salados. Son parecidas a las "crêpes", pero están hechas con una variedad de harina de trigo diferente.

Contrastes brasileños

Si quisiéramos definir lo que es Brasil con una sola palabra, quizá "contraste" sería una de las más acertadas. Y es que en Brasil, donde el término medio escasea, los contrastes son permanentes, y muy agudos. Podemos verlos en la naturaleza, en el clima, en las razas, en los géneros musicales, en las creencias... Pero sin duda, donde resultan más evidentes es en las diferencias sociales. En São Paulo por ejemplo, sólo una calle separa al adinerado barrio de Morumbi de la comunidad de Paraisopolis, donde la mayoría de sus aproximadamente cien mil habitantes vive en infraviviendas.

Carroña

"Carroña" se denomina a la carne de un animal muerto cuando comienza a descomponerse, y "carroñeros" son los animales que se alimentan de ella, como los buitres. De esta vaca, que murió en las laderas del monte Txurregi, en Navarra, sólo dejaron la piel y los huesos.