Antes de adoptar el euro como moneda, en España se utilizaban las pesetas, antiguamente también conocidas como perras. De ahí viene el nombre de esta máquina tan habitual en el mobiliario de muchos bares y cafeterías españolas. Literalmente se traga las monedas de la mayoría de los que se acercan a ella. La probabilidad de ganar dinero es muy pequeña, por lo que constituyen una importante fuente de ingresos para el dueño del local, y un peligro demasiado accesible para las personas adictas al juego. En algunos países están prohibidas.
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